Nuestra historia es la de Pamplona, la de sus fiestas de San Fermín y también la de uno de los escritores más conocidos del mundo. Porque el ilustre Ernest Hemingway tenía al Txoko (por aquella época “Choko”) como parada obligada tras los toros para charlar durante horas con sus amigos.
Y tal es el fervor que despiertan sus libros y la pasión con la que describe sus viajes a Pamplona, que cada año nos visitan decenas de turistas americanos para pedir lo mismo que bebía el escritor: batido de vainilla con cognac. Así que, si te apetece seguir los pasos de Hemingway, ¡ya sabes dónde debes parar y qué debes pedir!